llegamos desde el sábado por la tarde con nuestras familias Luis y yo. Tomamos unas cervecitas mientras los niños se bañaban en la piscina y Pasamos una noche diferente caminando por el centro de la pintoresca ciudad.
Quedamos vernos a las 6am en la entrada del modesto hotel.
Casi dos horas tardamos para que María José mi bebe de 7 meses pudiera dormir.
A las 5:25 me levanta el despertador, si no lo hacia él lo hacían los gallos que sentía que cantaban sin parar al rededor de mi habitación.
6:05 me encamino con Luis a la plaza y nos vemos con Roberto que salió desde Mérida, saludamos a todos los del club de los amigos que llegaron juntos y mientras daba la hora de salida estirábamos y reconocíamos a todos los corredores de "élite" que pasaban junto a nosotros.
Arrancamos 7 en punto Luis se adelanta un poco y Roberto va tras el. Yo me quedo atrás a un paso ligero, ellos quieren correr los 15km en un paso promedio debajo de los 6' x km. Yo sólo terminarla tranquilo, sin que vaya a lesionarme de la pierna derecha que traigo sentida desde el la semana pasada que hice algo de velocidad.
Para el km.3 veo mi reloj por primera vez, voy a un ritmo entre 6:10 y 6'20" x km, calculaba terminar con un promedio de 6:40, no voy mal.
De ahí entramos a la "avenida del infierno". Una avenida como de 1.6 km en la que no había ningún árbol y el sol se hacia sentir con todo, ¿viento? Nada, ir, volver, y de nuevo regresar, se me hizo eterna la doble vueltecita, pero aguante estoicamente el calor y mantuve el paso cruzandome con todos los que me aventajaban (la mayoría) los líderes, los del club de los amigos, y Roberto y Luis que iban casi tomados de la mano, etc.
Termina la avenida en el km 8 y dije, al fin sombra, pues nada, habían pocos árboles en el camino y una que otra ligera pendiente exigían un ligero esfuerzo extra.
En el km 9 sentí un ligero tirón en la pierna y ahí le empece a bajar al paso, me motivaba pensando en mi familia, mi esposa Rossana, mis hijos, y mis padres que siempre se llenan de gozo cuando les cuento lo que corro, recordando esos difíciles días en los que sufrimos las cirugías que tengo en una de mis piernas, en fin, siempre hay motivadores, ahora eran ellos.
Un detalle que destaco es toda la gente que salía a las puertas de sus casas a ver pasar a los corredores, a la gran mayoría salude dando los buenos días, a otros inclusive (cuando habían niños) les pedía porras y aplausos para los participantes y con risas correspondían siempre a mi petición.
Pasando el km. 10 vi que un joven me pasaba y mantenía mi paso, luego se quedaba y yo lo pasaba, me le empareje y le dije vamos juntos tratare de mantener tu paso, pero así nos ayudamos, me llamo David, - Jesús, respondió, y alcanzamos a otro al que le hice plática e invite a unirse, José.
Ya era el km.11 no dejábamos de quejarnos del insoportable calor, aunque por momentos soplaba un poco de brisa entre algunas sombras, pero era mínimo. En eso vemos dos chorros de agua de cada lado de la calle. Unos viejitos conectaron sus mangueras y bañaban a todos los que aceptaran, incliné la cabeza pidiendo el favor de un buen chorro de agua, me cayó muy poca, pero me supo a gloria, le comenté a mis nuevos compañeros: "que regaderas de carrera Promotora ni que nada (la semana pasada hubo una carrera en la que ponían regaderas) aquí la gente de la ciudad te ayuda sin que se lo pidas" para mi esos detalles valen mucho.
En el km 13 ya sentía pesadas las piernas e inconscientemente arrastraba un poco la derecha, pero mantenía un pasito constante evitando parar, en parte para jalar a José y Jesús que se me Iban quedando, me ayudaban a mantenerme pero nada más no podían seguir, vamos, vamos, despacito, les decía y los esperaba. Pero ya llegando al hotel donde me hospedé vi que iba a dar el km. 14 y no me seguían el ritmo bastante lento que tenía y me seguí, sabiendo que al doblar la esquina venía la última recta hacia la meta, y así fue, al retornar veo a Luis y Roberto que ya habían terminado y venía hacia mí, mi hija Mariana con los tenis puestos, la tome de la mano y me acompaño unos 400 metros ahí se nos acerco el mayor Rodrigo y se siguió conmigo a la meta que estaba a unos 100 mts. Cruzamos juntos y marque 14.8km. y no me cansé de agarrar bolsitas de agua para hidratarme, esperé en la meta la llegada de José y Jesús y me despedí de ambos, después salude con afecto a don Felipe cruzando la meta y me integre con la familia y amigos que me esperaban.
Fue una hermosa carrera, el calor fue el enemigo a vencer y el paisaje y la gente lo más bonito, a mi gusto, de todo el evento, para mi no fue fácil, había estado muy bien hace unas semanas y ahora siento que he bajado un poco mi nivel, pero la verdad, a quien voy a engañar, lo mismo sería si llegaba en 1:37:29 que 10 o 15 minutos menos, debo estar orgulloso de lo que hago y estoy seguro que la gente que amo lo está, bien me lo dijo mi hija cuando me vió después de la meta y escuchar los tiempos de los ganadores y la pelea entre las damas por el 1er lugar:
"PAPA: no me importa quien llegue primero, para mi tu siempre serás el ganador". TE AMO CHIKIS.
Nos vemos.
DPM
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